Capítulo 19
Yago frunció el ceño y miró a Horacio. “¿Por qué está Amelia aquí?“.
“Parece que mi cuñado se preocupa bastante por ella“. Horacio avanzó hacia Yago con un tono grave. “Recuerdo que tú también estuviste en aquella cena, pero desapareciste a mitad y nadie supo con
quién te encontraste. ¿No será tuyo el niño de Amelia?“.
Durante esos años, Horacio no se habla resignado y habla estado investigando quién había sido el hombre que estuvo con Amelia aquella noche.
Había revisado a varios sospechosos y Yago estaba en la cima de la lista.
En aquel tiempo, siendo Amelia la distinguida hija de la familia Suárez, naturalmente tenía muchos pretendientes.
Amelia era el amor platónico de Yago.
También era la pura y blanca flor de jazmín en el corazón de muchos.
Lástima que… ninguno de esos hombres había logrado ver la verdadera naturaleza de Amelia, era malvada, mentirosa, sucia y despreciable.
Amelia levantó la mirada hacia Yago con terror. ¿Era él el hombre de aquella noche?
Horacio debió haber investigado, de otro modo no acusaria a su cuñado de esa manera, especialmente con Valeria presente.
Y Yago no hizo ninguna explicación.
Lázaro parpadeo y miró fijamente a Yago. “¿Eres mi papá?“.
Yago miró a Lázaro y luego sus ojos se posaron en Amelia.
Si él lo admitia, ¿Amelia lo seguiria?
“Amelia…“. Yago alzó la mano e intentó ayudarla a levantarse.
Pero Amelia se apartó instintivamente y lo miró con terror.
¿El hombre que la forzó aquella noche fue realmente Yago?
“Realmente fuste tú“. Al ver que Yago no se explicó, Horacio le lanzó un puñetazo en la cara. “¿Cómo te atreves a hacerle eso a mi hermana?! Amelia realmente es mujer sucia que no puede vivir sin un hombre, esa desgraciada te dio un hijo, ja…”
Horacio estaba perdiendo la razón.
Yago lo miró fríamente. “Piensa en tu hermana antes de insultar asi a Amelia, ella sabe muy bien cómo llegó Salvador al mundo“.
Valeria desvió la mirada instintivamente y miró a Amelia con una ira intensa.
Amelia abrazo fuertemente a Lázaro con la respiración entrecortada.
¿El hombre de aquella noche era realmente Yago?
Con los ojos quemando de dolor, Amelia bajo la cabeza mientras las lágrimas ardientes caian.
Cinco años atrás, cuando la familia Suárez y la familia Gallego la llevaron a juicio, nadie se atrevió a defenderla.
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Incluyendo a Yago.
Para Amelia, Yago era igual que Teófilo y sus secunces, eran todos malvados.
“Ahora entiendo por qué estabas tan ansioso por volver y divorciarte de mi, ya sabias que esa perra de Amelia habia salido de la cárcel. Valeria se rio sarcasticamente.
Levantó la mano y le dio una bofetada a Amelia, luego miró furiosamente a Yago. “Te lo advierto. Yago, aunque nes divorciemos, no dejaré que la pases bien con esta mujer“.
Yago frunció el ceño y se puso delante de Amelia. “La llevaré conmigo, intentalo de nuevo y verás”.
“Ese bastardo… realmente es tu hijo…. Valeria parecia desquiciada, agarró el cuello de la camisa de Yago. “No te he tratado bien todos estos años? Cuando la familia Santos tuvo problemas, fui yo quien consiguió la ayuda de mi padre, y así es como me pagas?!“.
Yago tenia una expresión seria, no dijo nada.
Amelia tenia la cara hinchada y dolorida.
“¿Mama… te duele?“. Lázaro preguntó entre lágrimas.
Amelia negó con la cabeza, ya estaba acostumbrada.
Horacio miró a Amelia con desprecio. “¿Quieres llevártela? Entonces inténtalo“.
**Horacio! ¿Así es como tratas a una mujer? ¿Eres realmente un hombre?“. Yago agarró el cuello de la camisa de Horacio.
“¡Basta ya! ¡Todos adentro!“. Al ver que Horacio y Yago estaban a punto de pelearse por Amelia, Leandro gritó con voz grave.
“Papa…“. Horacio agacho la cabeza rápidamente y camino hacia su padre junto a Valeria.
“Yago, tú también entra“. Leandro miró profundamente a Yago y luego fijó su vista en Amelia. “En cuanto
a esa mujer, mejor llévenla a su casa, no es apropiado que se quede en la familia Gallego“.
“Papa…. Horacio queria mantener a Amelia bajo su vigilancia.
Después de todo, sólo se sentia tranquilo cuando ella estaba a su alcance.
Pero no se atrevía a contradecir las palabras de Leandro.
Tras lanzar una mirada amenazante a Amelia, Horacio indicó a su asistente que la llevara de vuelta a
casa.
“Yago, he escuchado que insistes en divorciarte de Valeria“. Dijo Leandro.
Yago no dijo nada.
“¿Valeria ha hecho algo mal?“. Leandro preguntó de nuevo.
Yago bajó la cabeza. “No es ella… son mis razones personales“.
“¡Papá! ¡El y esa zorra de Amelia han estado juntos desde hace tiempo, ese bastardo que tuvo Amelia es hijo de Yago!“. Valeria estaba convencida de que el niño era de Yago.
Los actos recientes de Yago lo conformaron claramente,
“¡Cállate!“. Leandro le ordenó a Valeria que se callara.
Valeria estaba llena de agravios, no se atrevió a hablar más y se calló obedientemente.
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Capitula 19
“Yago, el matrimonio no es un juego de niños, In familia Santos está teniendo algunas dificultades financieras últimamente, tu padre me buscó ayer. Vuelve a casa y discutelo con tus padres, ya eres un adulto, deberías saber muy bien que no puedes actuar impulsivamente“.
Leandro le dio un recordatorio sutil a Yago, también le estaba dando una oportunidad para rectificar.
Yago trunció el ceño y sus dedos comenzaron a apretarse lentamente.
Durante años, la familia Gallego habia estado usando asuntos de negocios para presionar a la familia
Santos.
“En cuanto a Amelia y ese niño, no me importa que decides hacer con ellos, pero no puede afectar la reputación de las familias Gallego y Santos, entiendes?“. Leandro advirtió. “Quiero ver tu habilidad, depende de ti lo que quieras hacer con Amelia y el niño“.
Leandro estaba poniendo a Yago a prueba, quería que él mismo se encargara de Amelia, sólo asi estaria dispuesto a ayudar a la familia Santos a superar esa crisis.
