Capitulo 23
Una frase de Axel atrajo incontables miradas en el salón. Lúa levantó la vista hacia ét; a pesar de los cinco años transcurridos, el sequia siendo el hombre de sus recuerdos.
Sus familias eran amigas de toda la vida, Celina era la intima amiga de Anna, y Axel habia crecido junto a Lúa. Todos esperaban que, una vez que Lüa terminata sus estudios, se formalizaria su compromiso con Axel
Pero nadie esperaba que ella desapareciera de repente y que al regresar a Lunargenta, ya no fuera la misma. incluso con un niño en brazos.
En aquel entonces, ella estaba enfocada en recuperarse para vengarse de Anna, y Lúa se encontraba ocupada enfrentándose a Santiago y a Apolo Rios.
Axel habia desaparecido de su vida de un momento a otro, y solo meses después, Lúa se enteró de que se habla ido a Europa para asumir la presidencia ejecutiva de Grupo Finos.
Durante cinco años no tuvieron ningún contacto, salvo por los correos de felicitaciones que se enviaban en cumpleaños y festividades.
Axel se acercó a Lúa: su porte era distinguido, de una belleza refinada. Vestia una camisa blanca de cuello alto y un traje gris a medida, desbordando elegancia y serenidad.
Ese hombre parecia haber sido esculpido con sumo cuidado por el creador, exudando un aire de distinción y sofisticación.
“¿Axel?”
Celina lo llamó en voz baja. Aunque abuela Brisa habia invitado a Lúa, Celina había planeado que Lúa se retirara avergonzada y habia enviado a alguien para distraer a Axel.
Pero parecia que esa persona no habia conseguido retenerlo.
Axel extendió su mano y tomó de Celina el adorno de piedra de la suerte.
Bajo sus largas pestañas y pasó la mano sobre las feas grietas de la piedra.
“Este tallado de piedra de la suerte es exquisito, y el material es de los mejores que se encuentran en el mercado. Lúa eligió un buen regalo para la abuela. Si a la abuela no le gusta esta escultura, entonces yo me la llevare.”
Axel levantó la vista hacia Lúa, sonriendo levemente, sus ojos rebosantes de calidez.
“Axel, una piedra rota no tiene valor de colección,” dijo abuela Brisa con voz fría y dura.
Axel fue conciso: “No hay precio por lo que me gusta.”
El rostro de abuela Brisa se ensombreció, y aunque no quería crear un escándalo en su cumpleaños, no pudo evitar decir: “¡Estoy vieja y no puedo controlarte!”
“No escuchar a los mayores traerá consecuencias,” murmuró abuela Brisa. Este año Axel había regresado de Europa después de cinco años, y ella estaba nerviosa por si aún le quedaban sentimientos por Lúa.
Axel pasó el adorno a su asistente y le pidió que lo guardara cuidadosamente.
Se acercó a Lúa con una sonrisa amable, “Lúa, hace tiempo que no nos vemos.”
La familia Finos la habia tratado muy mal en el pasado. Lúa miró a Axel con una serenidad que ahora tenia un matiz de distancia.
Tomó una copa de champán que le ofrecía un camarero y brindó con Axel, “Gracias.”
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Le agradecia por haberla defendido momentas antes.
Axel sontió de repente, “Nos hemos vuelto distantes.”
“Después de cinco años, hasta las personas más cercanas pueden convertirse en extraños, dijo etta. Ya no era posible volver a aquellos dias de inocencia y alegria compartidos.
La luz en los ojos de Axel se atenuó mientras miraba más allá del delgado hombro de Loa
Elian, incluso con gatas de sol tenia un rostro y un carisma irresistibles, y más aún para Axel, que habla visto su verdadera apariencia; un hombre cuya belleza hacia delirar tanto a hombres como a mujeres en et Bazar del Norte.
“¿Tu nuevo guardaespaldas?” preguntó Axel.
Lúa sonrio dulcemente, “Ya he tenido varios guardaespaldas, y él es solo temporal”
Axel se tomo un momento para observar de cerca a Ellan,
El aura tria e indiferente del hombre no mostró ningún rastro de sumisión frente a Axel Finos. Elián permanecia detrás de Lúa, sus gafas de sol ocultaban la arrogancia y el desdén en sus ojos.
Sin embargo, Axel aún podia sentir la presencia dominante del hombre frente a él.
El guardaespaldas temporal de Lúa no parecia ser una persona ordinaria.
Axel invito a Lúa a la sección de postres, y ella lo siguió.
Como su protector, Elián se quedó en el área de descanso cercana.
Poco después, un intenso y penetrante aroma a perfume los envolvió.
Celina extendió su copa de vino tinto hacia el hombre.
“Guapo, te brindo“, le ofreció.
Elian no mostro ninguna emoción en su rostro, ni siquiera articuló una palabra.
Su compostura y arrogancia natural lo hacian completamente Indiferente a Celina.
Cerca, otros guardaespaldas de familias adineradas trataban de mediar: “Celina, parece que él es el conductor de la señorita Lúa, no puede beber alcohol“.
Celina, con un gesto de dientes, se dio cuenta de su error.
Con una sonrisa encantadora, trató de coquetear con el hombre: “Si bebes conmigo, te reservaré una habitación esta noche“.
Las intenciones de Celina eran claras; era conocida por jugar con los hombres. Cualquier hombre de buen aspecto en Lunargenta había sido solicitado por ella.
Cualquier guardaespaldas joven y fuerte de las grandes familias, con solo una mirada de ella, seria enviado directamente a su cama en un intento de congraciarse con la familia Finos.
Elián, sentado en un sofá escarlata con una postura relajada, incluso sus gafas de sol no podian ocultar su belleza deslumbrante y su presencia impresionante.
Tomó la copa de vino de Celina, quien mostraba una emoción excitante en sus ojos, como si hubiera cazado con éxito.
Elián alzò la copa por encima de la cabeza de Celina y derramó el vino frio sobre ella, limpiando el maquillaje excesivo de la mujer.
“¡Ahhhhhh!”
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El grito desgarrador de Celina atrajo muchas miradas.
Lúa se volvió al escuchar los gritos estridentes de Celina.
“¿Me atreves a arrojarme vino? ¿Acaso Lúa te dio el coraje?”
Los guardaespaldas de los Finos se apresuraron a proteger a Celina, algunos le pasaban pañuelos, otros le ayudaban a secarse el cabello.
Cuando vieron a Celina atacada, la abuela Brisa corrió hacia ella.
“Celina, ¿qué ha pasado?”
“¡Abuelita! ¡El guardaespaldas de Lúa me tiró vino!”
La abuela Brisa, furiosa, buscó a Lúa entre la multitud.
Lúa se acercó con Axel y al ver el rostro de Celina pintado como un payaso por el vino, rio sin poder evitarlo..
*¡Lúa! ¿Te atreves a reirte de mi? ¿Lo hiciste a propósito?”
“Celina, mi guardaespaldas no arrojaría vino a alguien sin razón alguna,”
Antes de que Lúa terminara de hablar, Celina se abalanzó sobre ella.
Si no podia enfrentarse a un hombre fuerte, ¿no podría al menos hacer que Lúa viera de qué clase era?
Lúa se preparó para el ataque.
Pero Celina se resbaló, y antes de que su mano pudiera alcanzar el rostro de Lúa,
. cayó a
al suelo.
En su desesperación, Celina agarró un mantel, provocando que la torre de champán se derrumbara con estrépito
En el caos, Lúa fue jalada a un abrazo protector, y todos los vasos cayendo golpearon la espalda de Elián que la protegía.
Lúa fue resguardada, y los fuertes latidos del corazón de Elian resonaron en sus oidos.
